En 2007, el Ministerio de Ferrocarriles de China (MOR) emprendió la construcción de la primera fase de su gigantesca nueva red ferroviaria de alta velocidad. Dentro de esta primera fase se construyeron más de 12.000 km de líneas dedicadas a pasajeros (PDLs). Una de las nuevas líneas (el proyecto KJ13/14) enlazó las ciudades de China central Wuhan y Hefei, a lo largo de una distancia de 360 km.
El operador ferroviario tenía planes ambiciosos para establecer un servicio de trenes que inicialmente circularía a velocidades de 250 km/h, acortando enormemente los tiempos de viaje y estando prevista en el futuro una velocidad de explotación de diseño de 300 km/h. Como exigencia poco habitual, se deseaba contar con la capacidad para hacer posible la circulación ocasional de trenes de menor velocidad con una carga por eje de 25 toneladas por las mismas vías. Se emitieron una serie de peticiones de ofertas para encontrar el proveedor que entregaría unos componentes con especificaciones elevadas para la línea dentro de los estrictos límites de plazo y costos fijados. Como consecuencia del proceso de ofertas competitivas, la mayoría de la línea, equipada con vía con balasto, se construyó con traviesas de hormigón provistas de sujeciones Fastclip de Pandrol.